jueves, 18 de agosto de 2011
UN BIZCOCHO LLAMADO KEK LAPIS
El kek lapis es una de esas joyas gastronómicas que he descubierto en mis andanzas por Asia, una delicatessen que se puede degustar en Borneo, concretamente en la provincia malaya de Sarawak. Se puede encontrar en mercados callejeros, supermercados, tiendas de souvenirs y hasta en aeropuertos. Y es que para muchos turistas asiáticos salir de Borneo sin comprar unos cuantos kek lapis es como para nosotros ir a Mallorca y no traer ensaimadas.
No deja de ser un simple bizcocho, pero ¡qué bizcocho!, y como se puede ver en la foto entra por los ojos nada más verlo debido a su presentación y diseño. En principio se hacían para festivales, acontecimientos culturales o celebraciones religiosas, pero adquirieron tanta fama que hoy en día forman parte de la cultura gastronómica de Sarawak.
Basicamente el kek lapis es un bizcocho como otro cualquiera y sus ingredientes principales son huevos, leche, mantequilla y aceite. Pero para rizar el rizo se intercalan capas formadas por figuras geométricas y vivos colores formados por extractos de frutas, flores, plantas o semillas.
Son baratos y nutritivos, y tienen la ventaja que se conservan mucho tiempo tiernos y esponjosos por lo que durante mi estancia en Borneo nunca faltaban un par de kek lapis en mi mochila. Apetecen a cualquier hora como aperitivo y también se pueden mojar con el café para desayunar.
Los que se ven en supermercados y tiendas de recuerdos se producen en las típicas fábricas de bollería industrial y llevan colorantes, edulcorantes y conservantes químicos, así que mi consejo es que quien pase por Sarawak los compre en los mercados callejeros. Allí se siguen haciendo de forma artesanal con productos naturales y se puede ver cómo van intercalando una capa tras otra, un trabajo de chinos (o malayos en este caso). Además, siempre tienen unos cuantos cortados en pequeños trozos para que el consumidor pueda probarlos y elegir entre diferentes sabores.
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2 comentarios:
Qué pinta!!! ¿y no llevan harina? Entonces son aptos para celiacos.
Un abrazo.
Ja, ja, pues me has pillado Tegala, la verdad es que no sé si llevan harina, supongo que sí, pero reconozco que aunque me encanta probar de todo soy un negado en los fogones.
Un abrazo.
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