jueves, 7 de junio de 2018

MIS PISCINAS FAVORITAS EN PAI

Ya sabéis que Pai es uno de nuestros hogares en el Sudeste Asiático, un pequeño pueblo en un valle rodeado de montañas en el norte de Tailandia a mitad de camino entre Chiang Mai y Mae Hong Son. Nuestro campamento base principal donde pasamos largas temporadas cargando pilas para seguir viajando.

Un lugar perfecto para llevar una vida cómoda y fácil donde no nos falta nada... ¿nada? bueno, la verdad es que todo no puede ser y falta la guinda del pastel, no tenemos mar, y reconozco que estando allí lo que más echo de menos es el salitre.

Pero para compensar esa ausencia tenemos ríos, cataratas, aguas termales y un montón de piscinas repartidas por todo el valle. La mayoría pertenecen a hoteles o resorts, pero no hace falta alojarse allí para pegarse un chapuzón, por un  módico precio de entrada está abierto el acceso a todo el mundo.

Aquí tenéis un pequeño listado de mis favoritas, las que más visitamos durante los días más calurosos del año, por piscinas que no sea, hay un montón para elegir y os presento algunas de ellas.




FLUID SWIMMING POOL

Fluid es la piscina por excelencia en Pai, todo un clásico, un lugar que lleva funcionando muchos años gracias a la buena gestión, la amabilidad y el buen rollo que desprenden Soi y todo su staff. Es mucho más que un lugar para ir a nadar, es un punto de encuentro durante el día para muchos residentes en Pai, tanto thais como expats, además de viajeros que pasan algunos días por esta zona de Tailandia. El lugar perfecto para descansar, relajarse, comer, tomar algo y soportar esos días tórridos cuando el termómetro se dispara por todo el valle.

Abre todos los días de 9:00 a 18:00, aunque cierra un par de meses durante la temporada de lluvias para hacer alguna reforma y dejarlo todo listo cuando comience la temporada seca. La piscina tiene 25 metros, la longitud perfecta para hacer unos buenos largos o simplemente pasar un buen rato a remojo. Las mejores horas para nadar suelen ser a primera y última hora, cuando no hay demasiada gente en el agua. Está rodeada de una zona verde con sombrillas para protegerse del sol y unos cuantos huts hechos de bambú y madera. Se encuentra cerca del centro del pueblo, a unos diez o quince minutos a pie cruzando el río en dirección al White Buddha de Mae Yen. La entrada cuesta 70 baht y vale para todo el día.

Cuenta con un excelente menú pensado para la hora del desayuno y del almuerzo que mezcla la gastronomía thai con la occidental, destacan sus desayunos pantagruélicos, ya sea el típico breakfast inglés repleto de bacon, salchichas, huevos al gusto y beans, o un sano y enorme bol lleno de frutas frescas, cereales y yogur casero. También tienen buena fama sus ensaladas variadas y los platos de pasta, además de todo tipo de sandwiches. Y el café es excelente, calidad de primera de las plantaciones de las tribus de la montaña. Hace ya muchos años que los campesinos del norte de Tailandia cambiaron el cultivo de opio por el de café y la verdad es que lo saben hacer de maravilla.

Los batidos de fruta naturales están de escándalo y sobra decir que la cerveza siempre está bien fría. Y todo ese ambiente se completa con buena música y un sonido perfecto, es el propio Soi quien suele encargarse de pinchar y sabe cómo poner la música adecuada en el momento justo. En definitiva, un lugar donde enseguida te contagias de su atmósfera especial mientras ver pasar el día tranquilamente nadando, charlando con alguien, leyendo un libro, enredando en internet, jugando al ping pong o echando una partida de ajedrez.




PAI HOTSPRINGS SPA RESORT

Otra de mis piscinas favoritas a las afueras de Pai, a unos siete kilómetros del centro y muy cerca de los campamentos de elefantes. Ubicada en un entorno natural precioso, pegada al río y con unas vistas espectaculares de los alrededores y las montañas del valle. Apenas suele ir gente por lo que siempre estaréis disfrutando de una plena tranquilidad, tiene dos piscinas juntas de aguas cristalinas y un diseño muy atractivo.

No hace falta ser cliente del resort para acceder, la entrada cuesta 100 baht y tiene la ventaja de que además de la piscina también se pueden usar las aguas termales, tiene varios estanques con diferentes grados de temperatura y es una delicia combinar unas y otras mezclando agua fría y caliente. En el subsuelo de esta zona de Pai abundan esto tipo de aguas termales con múltiples propiedades para la salud. Y para los que viven en Pai o pasen una larga temporada existe la opción de comprar un pack de diez entradas por 500 baht, de esta forma salen los baños a mitad de precio.

Cuenta con todos los servicios propios de un hotel como bar y restaurante, y aunque parezca un alojamiento de lujo, sus habitaciones y bungalows tienen un precio bastante asequible, sobre todo ahora que estamos en temporada baja. Si alguien está interesado puede echar un vistazo aquí.


            BAAN KUNGKANG RESORT DE PAI

Esta piscina es mi favorita para nadar, y digo para nadar en serio, no para estar a remojo o pasar el día a la bartola con amigos. Cuando me apetece pegarme una sesión de cuarenta largos siempre vengo a Baan Kunkang, tiene una longitud de 25 metros y mientras no sea un fin de semana, cuando la chavalería del pueblo monta un terrible alboroto, es el lugar perfecto para que nadie te moleste mientras estás concentrado al cien por cien en la natación.

No está muy lejos del pueblo, a un par de kilómetros por la carretera a Chiang Mai veréis una señal a mano izquierda una vez pasada la gasolinera verde. El resort está ubicado en un enorme terreno y a decir verdad es un poco hortera, habitaciones y bungalows de diferentes precios pintados de un montón de colores e incluso un enorme y falso molino de viento imitando los que se pueden ver en Holanda. En fin, ese tipo de cosas que gustan al turismo chino y supongo que estará pensado para ellos. Aquí tenéis más detalles del hotel.

La entrada cuesta 70 baht y el restaurante tiene buena pinta, aunque sinceramente nunca he comido allí, tan solo algún que otro batido de mango después de nadar.




PHU PAI ART RESORT

Y para acabar, la joya de la corona, una maravilla alejada de la civilización y el mundanal ruido, una de esas infinity pool en la que pasar horas metido en el agua sin prisas, simplemente mirando el paisaje alrededor. La mejor época para ir es, curiosamente, durante el inicio de la temporada de lluvias, cuando empiezan a cultivar el arroz y el agua de la piscina se junta con el mar verde de arroz que recorre el valle de Pai.

La entrada cuesta 100 baht y al estar en un lugar tan escondido no suele haber nadie. Para llegar hasta allí lo mejor es hacerlo en moto, no queda lejos del pueblo de Na Chalong y después... bueno, mejor que lo miréis en Google Maps o algo de eso.

También tiene bar y restaurante, y todo el complejo está construido en madera siguiendo el estilo de arquitectura tradicional Lanna, el antiguo reino que dominaba el norte de Tailandia. Los bungalows tienen una pinta espectacular, sobre todo los que están encima de los arrozales, aunque nunca me he alojado allí. Pero si alguien se quiere pegar un homenaje e instalarse en Phu Pai aquí tiene más detalles.  



martes, 2 de enero de 2018

FELIZ AÑO NUEVO 2561 DESDE TAILANDIA


Este billete de ida sigue sin volver, seguimos viajando y ya van más de ocho años, han pasado tantas cosas que sería imposible condensarlo todo en este viejo blog, y más teniendo en cuenta que lo tengo abandonado, durante el pasado año no he publicado absolutamente nada. Pero lo más importante es que seguimos cumpliendo a rajatabla esa genial frase de Kavafis: "Cuando emprendas tu viaje hacia Itaca ruega que el camino sea largo...". No buscamos Itaca, no tenemos pensado llegar allí, nos vale con recorrer el camino sin prisa y parando donde nos apetezca el tiempo que haga falta, si algo tienen los billetes de ida es tiempo de sobra para vivirlo intensamente y malgastarlo lo menos posible.

Comienza un nuevo año lleno de nuevos proyectos, y entre ese listado de propósitos y sueños que todos nos planteamos llevar a cabo y sólo cumplimos una pequeña parte, me dije a mí mismo que tendría que escribir más a menudo aquí, en este anticuado blogspot pasado de moda que muchos me dicen que lo cambie, que si dominio, que si hosting... que si un montón de cosas que me suenan a chino y me da mucha pereza meterme en ellas. Porque recordad siempre una cosa, quien se encarga de hacer, vivir y sentir vuestro viaje sois vosotros mismos, no vuestro blog...

Así que empiezo deseando a todo aquel que pase por aquí un feliz y prospero año nuevo 2561. Y no es que tras tanto viajar y nomadear haya perdido la noción del tiempo, estamos en Tailandia y éste es el año que comenzamos aquí, os llevamos más de quinientos años de diferencia sin subirnos a una máquina del tiempo ni nada por el estilo.

A diferencia del calendario gregoriano, en el budismo no se cuentan los años desde el nacimiento de Jesucristo, sino desde el fallecimiento de Buda que ocurrió 543 años antes de la era cristiana. En realidad, el nuevo año budista tiene lugar en abril con la transición del sol en la constelación de Aries y la celebración del conocido Songkran, esa fiesta que se vive de forma intensa durante tres días en los que su principal protagonismo lo lleva el agua como símbolo de purificación. Pero hace setenta y siete años el gobierno decidió que de forma oficial el número de año cambiara el uno de enero para asemejarse más al calendario gregoriano mayormente utilizado en el resto del mundo.

El sol y la luna siguen teniendo gran influencia en el calendario budista, podemos comprobar que muchas de sus principales festividades no tienen la misma fecha cada año, sino que dependen de las fases lunares celebrando las más importantes durante los días de luna llena.

No obstante, si no sería un lío tremendo, el calendario anual también se rige como el gregoriano, compuesto de 365 días, sus doce meses y sus semanas. Los nombres de los meses son los signos del zodiaco, empezando por Capricornio y acabando por Sagitario. En cuanto a los días de la semana, el domingo y el lunes tienen el nombre de sol y luna, respectivamente, y de martes a sábado los cinco planetas clásicos (Marte, Mercurio, Júpiter, Venus y Saturno).