jueves, 21 de enero de 2010
APUNTES DESDE EL DESIERTO
Ya llevo unas tres semanas por el Rajastan y ahora me encuentro de vuelta en Pushkar, un tranquilo pueblo que invita a pasar una buena temporada. Pero lo que más me ha impresionado de este estado ha sido la zona oeste, Jaisalmer y sus alrededores, en mitad del desierto del Thar y muy cerquita de la frontera con Pakistan.
Allí pasé diez maravillosos días, había algo que me empujaba a ir al desierto. Para muchos un desierto no es más que un montón de arena, polvo y piedras. Pero estos lugares despiertan en mí una atracción muy especial, algo parecido a lo que pueda sentir en el mar o en la montaña. Un horizonte inmenso, esa luz, los sonidos del viento, el raso cielo de las noches.
Para disfrutarlo de una manera independiente, alejada de la artificialidad de los Camel Safaris que organizan cantidad de agencias y hoteles, alquilé una moto por unos días y recorriendo carreteras secundarias y pistas de tierra descubrí lugares maravillosos, algún oasis, idílicas aldeas, pobladas unas y abandonadas otras, y una gente encantadora.
Un día, casi llegando a Jaisalmer, paré un momento en la cuneta pra beber un poco de agua y admirar la inmensa fortaleza de la ciudad desde la distancia. Fuera de una casa había dos viejos en cuclillas que me hicieron señas para que fuera a tomar té con ellos. Eran típicos rajastanís del desierto. Mocasines de piel de camello, ropa blanca con una camisa que les llega hasta las pantorrillas, anillos de plata en manos y orejas, una manta que llevan a todas partes y un enorme turbante coronando sus cabezas. Espigados y delgados, nariz aguileña, puntiagudos bigotes que cuidan con esmero, y la piel escamada y surcada por infinidad de arrugas, años y años de sol, viento y arena azotando sus cuerpos.
Mientras dábamos cuenta del delicioso té massala indio, con leche y jengibre, tuvimos una conversación de lo más interesante. El que llevaba la voz cantante decía:
- "Mira, ahora no nos podemos quejar, casi toda mi familia trabaja en algo relacionado con el turismo y, sí, entra más dinero a casa, pero, ¿para qué?, se va tan rápido como viene. Cuando era niño vivíamos por el desierto, moviéndonos con nuestro ganado, y no sé, en cierta forma éramos más felices, era una vida más natural, todo estaba conectado, todo tenía una relación. No usábamos dinero pero todas las familias se ayudaban unas a otras. Y cuando encontrábamos un buen pozo de agua o una camella paría organizábamos una gran fiesta, con música y baile. Ahora los tontos de mis hijos montan una fiesta porque ganamos a Pakistan al puto cricket o porque una actriz de Bollywood gana el Gran Hermano británico, ¿te lo puedes creer?, tsk, tsk, tsk..."-
El hombre chasqueaba la lengua y meneaba la cabeza en un gesto que mostraba una mezcla de desacuerdo e incredulidad. El otro viejo entró en escena queriendo relativizar el asunto.
-"Bueno sí, a mí también me gustaba la forma de vida de antes, pero ahora tenemos médico, nuestros nietos pueden estudiar, tenemos luz..."-
-"Luz, no me hables de la luz..."-, salto el primero, -"...todos los meses tengo que pagar un dineral de luz. ¿Quién inventó eso de cobrar por la luz?. Antes nunca pagábamos por la luz del sol o la del fuego, no sé, antes todo tenía un sentido, todo estaba conectado..."-, volvía a repetir.
Apuramos la tetera y callamos durante un rato mientras contemplábamos ese sol especialmente rojizo cayendo a plomo sobre el horizonte.
-"¿Ves?"-, me decía el viejo. -"A ésto me refiero, esta maravilla siempre está ahí, el sol siempre sale por un lado y se pone por otro, desde siempre, ésto es algo que está ahí, tiene una relación contigo, es parte de tí, de tu vida... y no esa jodida actriz de Bollywood"-. Reímos durante un rato y me despedí al caer la noche. -"Vuelve cuando quieras, eres bienvenido a mi casa"-, me dijo cuando arranqué la moto, un gran tipo.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
4 comentarios:
conversación perfectamente extrapolable a cualkier ciudad o pueblo de cualkier parte del mundo..cuánta razón tiene el abuelo!
david aizpuru, aurrera primo!!
Aupa Guapeton! Ke gusto verte! Ke carita de estar mas a gusto ke un arbusto!....Interesantisima conversacion, lo que me flipa es que tambien ellos (sus hijos)se estan contaminando...no escapa nadie!...Te seguimos! Muxu ahundi bat maitia! Pitu&Mele
Que Bueno! Estaba Carlos Nuñez en la India
Ayyyy!. Las cosas pequeñas de los viajes. Son las mejores, y creo que estarás de acuerdo conmigo.
Vale más esa conversación que una visita a la catedral de Burgos, por ejemplo.
Un abrazo, campeón.
Publicar un comentario