domingo, 7 de febrero de 2010

AGRA


Hablar de Agra es hablar del Taj Mahal, de no ser por el majestuoso mausoleo esta ciudad de un millón y medio de habitantes situada en el estado de Uttar Pradesh sería una más de entre las muchas poblaciones indias contaminadas, caóticas e imposibles para el peatón. Pero durante los siglos dieciseis y diecisiete Agra fué la capital del imperio moghol y hoy en día sigue viviendo de su pasado esplendor.

Quién no ha visto la imagen de arriba miles de veces en revistas o reportajes de televisión, hay que andar a codazos con el resto de visitantes para coger un buen plano, aunque a mí me gusta más la foto de abajo, queda bien esa perspectiva con la neblina de primera hora de la mañana.


La verdad es que cuando entré en el país no figuraba entre mis planes una visita al Taj Mahal como algo imprescindible, pero como venía de paso para ir al Rajastan y otros viajeros me habían comentado que realmente merecía la pena, decidí pasar un par de días en Agra y conocer una de las siete maravillas del mundo.

Pensaba que el palacio estaría en algún sitio fuera de la ciudad, apenas me había informado anteriormente, pero me sorprendió gratamente que se encontrara en pleno centro. Está situado entre el río Yamuna y el Taj Gang, el barrio antiguo de Agra de mayoría musulmana, un hervidero de gente y callejuelas y sin duda la zona más animada de toda la ciudad. Además, este barrio cuenta con cantidad de hotelitos baratos cuyas azoteas han sido transformadas en restaurantes que tienen una vista privilegiada del Taj Mahal.


Y la historia del Taj Mahal es una historia de amor, algo cursi pero al fin y al cabo todas las historias de amor son bonitas aunque no tengan un final feliz. Ordenó su construcción el emperador Shah Jahan, quien debió ser el menos belicoso y más enrollado de los emperadores mogholes, afligido por la muerte de su esposa, Mumtaz Mahal, quien no pudo soportar el parto de su decimocuarta hija, no me extraña, ¡pobre mujer!.

Mumtaz Mahal era la única esposa del emperador, algo raro entre esa gente, y éste se encontraba perdidamente enamorado de ella desde el momento que la conoció, extraño también para la época. No pudo soportar su pérdida y fué entonces cuando mandó construir el mausoleo, el lugar más maravilloso donde pudiera descansar su querida eternamente. Veinte mil obreros se encargaron de ello durante más de veinte años, se llamó a los mejores arquitectos, se hizo un complejo totalmente simétrico, se trajo el mejor mármol blanco de Rajastan y piedras preciosas de todo el planeta para decorar los motivos florales grabados sobre sus paredes...


Cuando la obra estuvo finalizada, Shah Jahan ordenó cegar y cortar las manos de los arquitectos que habían trabajado en el proyecto. Esto se hacía mucho en siglos pasados, está claro que había que tener mucha vocación para dedicarse a la arquitectura, sólo podrían aspirar a un único proyecto. Pero parece que el emperador no se quedó satisfecho del todo y quisó levantar al otro lado del río un palacio similar de mármol negro.

Esto colmó la paciencia de algunos familiares y aspirantes al trono, y como Shah Jahan ya había recibido críticas por el excesivo dispendio económico en la construcción del primer mausoleo, su hijo Aurangbed, quien debía ser bastante cabroncete, le desposeyó del trono y le encerró hasta su muerte en el fuerte de Agra. Dice la leyenda que Shah Jahan pasó el resto de sus días asomado a una torre del fuerte mirando hacia la tumba de su amada. Cuando murió, Aurangbed le puso dentro del mausoleo al lado de su esposa, rompiendo la simetría del mismo.


Para entrar en el Taj Mahal hay que pagar setecientas cincuenta rupias, un auténtico pastón en India, lo que te puedes gastar un día entero entre hotel, desayuno, comida, cena y unos cuantos caprichos. Los indios pagan mucho menos pero siempre que pido una entrada de indio diciendo que soy de Kerala no cuela, ¿por qué será?. Sin embargo, si se anda por esa zona creo que es una visita obligada, impresiona muchísimo verlo en vivo, es enorme y te puedes pasar horas paseando por sus jardines o simplemente observando ese mármol blanco que parece nuevo y la cantidad de diferentes detalles y relieves que tiene. Eso sí, que nadie piense que va a disfrutar de las vistas en tranquilidad, miles y miles de personas pasan a diario por taquilla.

Y de Agra me despedí partiendo el año. Ya dije en otro post que estábamos celebrando allí la nochevieja y la fiesta estuvo muy bien. Gracias a la pirotecnia de Fatir nuestro guesthouse se convirtió en el más animado de los de la zona y casi todo el mundo se apuntó a nuestro improvisado cotillón. Al día siguiente seguí viaje a Jaipur bastante perjudicado, resacón importante y música india a todo trapo en el bus... oh, my god!

4 comentarios:

Anónimo dijo...

que pasa güein , como le andas ??




numbergüan

david dijo...

1 de enero y con resaka?? uf eso me suena
muy buenas fotos, primo, jo ta ke
david aizpuru

WU dijo...

Buen trip, Oscar.

Las Hinako están frente a Nias, a unas cuatro horas en bote desde Lagundry.

Cuídate.

markapinrel dijo...

ke pasa oscarin, como va too?. aki estamos el dermot y yo tomando algo en al repi. buenas fotos man. un saludo gordo y sigue dandole.....